viernes, 21 de febrero de 2014

Venezuela dictatorial, México Chairo...

Mientras el presidente de Venezuela expulsaba ayer a CNN por transmitir protestas en su contra y advertía a sus opositores que “uno por uno voy por ustedes”, el obradorista Enrique Dussel, rector de la UACM, organizó aquí un homenaje al presidente de Venezuela con dinero del erario.
Y estuvo bien: así quedó demostrado que la hipocresía es marca de la casa de nuestra izquierda mesiánica. Con el dinero público y las libertades que sí garantiza nuestra democracia, defiende el asesinato y encarcelamiento de líderes opositores políticos en Venezuela.
En momentos en que las protestas contra Maduro registran seis muertos a manos de la policía política, Dussel organizó ayer el evento “El legado de Hugo Chávez”, en ese plantel que cuesta a los contribuyentes mexicanos mil 18 millones de pesos anuales.
El propio Dussel presentó la ponencia “Ley del Poder Popular en Venezuela”: homenaje a un gobierno que canceló las aspiraciones democráticas con su control electoral y el chantaje a los trabajadores del Estado, que en 14 años aumentaron de 800 mil a 2.4 millones.
Dussel gasta el presupuesto en eso, mientras en su universidad termina sus estudios menos del dos por ciento de quienes se inscriben: sólo 450 estudiantes de 27 mil se titularon de 2001 a 2013.
Es la universidad más cara del mundo: cada egresado cuesta más de seis millones de pesos. En el IPN, por ejemplo, el costo por graduado es de 118 mil 517 pesos. En la UACM importan un cacahuate los estudios. Es un foco de vandalismo urbano pagado con dinero público.
El abogado del plantel, Federico Anaya Gallardo, se dedica a defender a vándalos que ni siquiera estudian ahí, como Jesse Montaño, Brayan Reyes y Luna Flores, detenidos por delitos como motín, lesiones y ultraje a la autoridad (averiguación previa PGR/DDF/SZO/CMI/02/2013).
Porque en la UACM no existen intereses educativos: sólo políticos, como su defensa de ayer a Venezuela, país gobernado por una clase política rufián, sin contrapesos ciudadanos y que, según Transparencia Internacional, ocupa el puesto 165 de 174 de los países más corruptos.
A eso le llamó ayer en su ponencia el rector Dussel “Ley del Poder Popular en Venezuela”. ¿Cuál “ley” y cuál “poder popular”? ¡Por favor! Venezuela cerró el Parlamento en abril del año pasado. En rigor, vive en dictadura. El gobierno desconoce a la oposición desde entonces.
Una oposición por cierto, con fuerza electoral contundente (perdió la elección presidencial del año pasado por 234 mil 935 votos) a pesar del fuerte aparato policial-militar y el chantaje a los trabajadores del Estado, obligados a votar por Maduro para mantener sus empleos.
Para defender eso le pagamos mil 18 millones de pesos al año a la UACM creada por AMLO.