miércoles, 10 de octubre de 2012

¡JESÚS! (Después de estornudar)



Los egipcios y griegos veían en el estornudo un augurio. Así, era buena señal estornudar por la tarde, mientras que hacerlo al salir de la cama o al levantarse de la mesa podía ser nefasto.
Aquel que había estornudado al nacer era tenido por dichoso. El estornudo hacia la izquierda se consideraba de mal agüero pero, hacia la derecha era bueno. En todos estos casos, los griegos solían decir ¡Vivid! Y ¡Qué Zeus te conserve! Los romanos empleaban la expresión, ¡Salve!, ante tal circunstancia; y serían los primeros cristianos quienes sustituyeran la invocación a dioses paganos por el suyo.

Se dice que durante la epidemia de peste que hubo en Roma en el año 591, bajo el pontificado de Gregorio I, los afectados morían estornudando, y que de tal circunstancia procede el ¡Dios te bendiga!, que más tarde se simplificaría diciendo ¡Salud!, ¡Jesús!, o expresiones semejantes.

lunes, 8 de octubre de 2012

¿Dónde está Dios? ¿Quién es Dios?


Un Nieto va con su Abuelo que era Francmasón y le pregunta – Abuelo ¿Quién es Dios? El abuelo le contesta – Tú, tu  eres Dios. El niño da unas vueltas, y regresa con el Abuelo y le dice: Abuelo pero me dijeron en la Iglesia que Dios está en el Cielo, si hijo, a la Iglesia le conviene mantener a Dios alejado allá muy lejos  en El Cielo donde nunca  lo puedan encontrar, y su sucio oficio es venderle a la gente boletos caros  para que los usen cuando se mueran; si les dijeran que Dios está justo dentro de cada uno, inseparable como uno solo de nosotros, se le terminaría el negocio a las Iglesias – Mantener al ser humano alejado  de Dios es la profesión funesta  de la Iglesia, hijo.  El Abuelo con fraternal cariño abraza a su nieto, y tocándole tiernamente el pecho,  le dice aquí, aquí  justo dentro esta Dios unido a nosotros como realmente uno, nunca lo busques fuera.  El pequeño de 0 años no comprendió  esas palabras dichas por su abuelo, pero las guardo por mucho tiempo, luego de años de ponderarlo logro comprenderlo perfectamente.