miércoles, 10 de octubre de 2012

¡JESÚS! (Después de estornudar)



Los egipcios y griegos veían en el estornudo un augurio. Así, era buena señal estornudar por la tarde, mientras que hacerlo al salir de la cama o al levantarse de la mesa podía ser nefasto.
Aquel que había estornudado al nacer era tenido por dichoso. El estornudo hacia la izquierda se consideraba de mal agüero pero, hacia la derecha era bueno. En todos estos casos, los griegos solían decir ¡Vivid! Y ¡Qué Zeus te conserve! Los romanos empleaban la expresión, ¡Salve!, ante tal circunstancia; y serían los primeros cristianos quienes sustituyeran la invocación a dioses paganos por el suyo.

Se dice que durante la epidemia de peste que hubo en Roma en el año 591, bajo el pontificado de Gregorio I, los afectados morían estornudando, y que de tal circunstancia procede el ¡Dios te bendiga!, que más tarde se simplificaría diciendo ¡Salud!, ¡Jesús!, o expresiones semejantes.

No hay comentarios: